Para las Polas entusadas (de la tusa de verdad): Sobre cuando me elegí a mi misma por encima del amor romántico

Las últimas semanas en Colombia hemos tenido unas coyunturas electorales tensas, de extremos y muy debatidas. Llegó un momento que parecían unas elecciones casi entre 36 millones de politólogos que de colombianos. Y aunque me duela la coyuntura, mi vida no paró y tampoco sus dramas. Muchas veces nos preocupamos por analizar tanto lo que ocurre en el mundo que se nos olvida parar y analizar lo que ocurre en nuestras vidas personales. Pues hoy vengo a escribirles sobre eso, de mi vida personal y como el feminismo me ayudó a vivir una tusa de manera diferente.

Hace seis meses entré en una de las aventuras más felices que me ha dado la vida. Me enamoré como se imaginan que se enamoraría una princesa, más que una feminista, de cuerpo, corazón y mente. Lo más lindo de todo es que fue totalmente correspondido. Pensándolo bien, es la primera vez que me permito a mi misma estar en una relación seria, desde que soy feminista. Pensarán que estoy contando un cuento de hadas más que una anécdota, pero este personaje representaba todo lo que siempre me había jurado a mí misma evitar: no vas a estar con alguien a distancia, no vas a estar con alguien que tenga hijos, no te vas a meter en relaciones que te quitan más tiempo del que tienes, etc. Cuando lo conocí él solo me miraba con cara de que acababa de conocer a la mujer más loca del mundo y yo me sentía rara porque acababa de contarle mi vida entera a un completo extraño. Después de eso no pasó mucho más. Pero un día de fiesta la química nos atrapó y jugó a nuestro favor, entre trago y trago me zamparon un beso y tin, quedé flechada. Hacía mucho tiempo no sentía una conexión tan bonita con una persona y en medio de todo de manera tan inesperada.

De verdad, por primera vez en mi vida todos los cuentos de Disney se convertían en realidad. Pero esta vez pude ver estos cuentos desde una perspectiva diferente. Entendí que la fantasía amorosa que construía no era la de esperar a ser rescatada, sino la oportunidad de tener un cuento de hadas, donde la responsable del cuento era yo y solo yo podía hacer la fantasía realidad. La protagonista de la historia era yo. Él me trataba con amor y muchísimo respeto, al igual que yo a él, lo cual me permitía sentirme con la corona más grande del planeta, casi en una fantasía completa.

Nuestra relación empezó como no  debería empezar ninguna: despidiéndonos en un aeropuerto. Pronto nos volvimos a encontrar y estuvimos sin separarnos casi por dos meses seguidos. Logramos cuadrar un viaje de él a Bogotá y uno mío a su ciudad. Todo fue tan lindo que llegué a pensar que había momentos en que no eran reales. Discutíamos lo que nos parecía más justo y siempre tomábamos decisiones en conjunto; algo nuevo para mi en una relación y pues en realidad fue la primera vez que lo empecé a exigir y practicar en mi día a día. En otras relaciones, normalmente decía lo que pensaba y no acostumbraba a quedarme callada, pero no necesariamente se tomaban las decisiones de manera conjunta. Teníamos el mejor sexo del mundo, gracias a que aprendí a pedir lo que me gustaba y como me gustaba.

Hablábamos todo el tiempo lo que soñábamos y compartíamos constantemente nuestro análisis sobre la vida presente y futura. Él con sus grandes sueños de transformar su ciudad por medio de la bicicleta y yo sobre las oportunidades  que quería aprovechar en otros países para convertirme en una mejor profesional. Esto permitió que por primera vez pensara el amor no solo con el corazón sino también con la razón. Descubrimos, o bueno descubrí, que los sueños que compartíamos a diario estaban muy lejanos de convertirse en realidad si seguíamos juntos. Los de él estaban en una ciudad diferente de la mía y, por su naturaleza, son imposibles de llevar a cabo en Bogotá. Por mi parte estoy convencida de que pronto me iré a estudiar al exterior y él no está en la disposición de poder irse conmigo.

En este momento entendí que debía tomar una decisión sobre el futuro que quería para mi relación y el feminismo fue la herramienta que utilicé para tomarla. Mi yo feminista se siente culpable por no ser más ágil en tomarla, aunque ser feminista no hace que la decisión sea más fácil: nunca en mi vida había pensado ni dudado tanto. A las mujeres nos enseñan  desde pequeñas a encontrar un “buen hombre” y no dejarlo ir. Nos dicen que el amor lo puede todo y que el amor, así sea sufrimiento, siempre es bueno. A las mujeres desde pequeñas nos hacen pensar que el matrimonio o la vida en pareja es más importante que tener una propia carrera, por esto muchas terminan sacrificando sus sueños profesionales por el riego a quedarse solteras. También nos enseñaron a pensar que si ponemos nuestras carreras por encima de nosotras mismas somos egoístas y no pensamos en los demás. Debo decir que gracias al feminismo entendí que el amor no puede estar al lado de la palabra sufrimiento y mucho menos del dolor, ni podía ser sinónimo de renunciar a mis propios sueños. También debo confesar que esto no lo descubrí a los 18 años como me hubiera gustado. Lo descubrí a mis 25 casi 26, luego de muchos despechos innecesarios y de relaciones que quería moldear como felices, pero que en realidad no lo eran.

Como feminista entendí que la discusión estaba conmigo misma, pero la respuesta a esta decisión era inevitable por más dolor que me causara. No les voy a negar, le di muchas oportunidades a mi última relación, hasta intenté cambiar lo que quería para mi futuro, para no verme forzada a terminarla. Pensé en trasladar mis sueños a la ubicación donde se encontraban los de él, porque en realidad lo amé, o lo amo. Entendí que más allá de vivir mi relación dentro de los estándares de parejas ideales que nos lo impone la sociedad, debía pensar primero en mi. Me escogí a mi por encima de una relación y eso fue gracias al feminismo que intento descubrir y vivir día a día. También por primera vez decidí tener una relación sin dejar de lado mis ideales feministas. Es más, si esta relación no hubiera sido así para mi, probablemente me estaría mudando a otra ciudad. Pero lo fue, viví en una relación feminista que me permitió ponerme a mí misma primero y no hay nada más empoderador y revelador que eso. Descubrí que el amor a uno mismo no es solo más importante que el que le damos a los demás, sino que es fundamental para poder entregar amor verdadero a otros. Y es precisamente por esto que, en años recientes,  el feminismo ha representado algo tan fuerte e importante en mi vida, pues me ha demostrado que valgo más por lo que soy y lo que construyo día a día, que por el hombre que tengo a mi lado.

Quote loveEn este momento sigo con el corazón roto y me atrevería a decir que la tusa hasta ahora empieza. No crean que las feministas nos salvamos de la tusa. Llega igual que todas, porque un corazón roto es un mar de sentimientos inexplicables, en el que en  un momento estás bien y en el siguiente ya no. Pero la estoy viviendo desde mi escencia: poder, fuerza, energía y alegría. A diferencia de otras tusas que he tenido en mi vida, a esta no llegue acabada o sin reconocerme, a esta llegue siendo yo. Por el contrario, a pesar de las largas horas que mis amigas me han visto llorar y de las 8 temporadas que llevo de Grey’s Anatomy, pude aprovechar la tusa para empezar a buscar de nuevo aquellas cosas que más amo y quiero. Pero además la vivo libre de odio y remordimiento. Sigo convencida de que la decisión que tomé solo va a llevarme a un futuro mejor para mí y para los proyectos que quiero llevar a cabo. Y bueno no les voy a decir cómo vivir la tusa, pues para mi ha sido una mezcla entre dejarlo pasar y emociones muy fuertes. Pero sí que la vivan desde lo más lindo que tienen en cada una de ustedes (les recomiendo los tips de Que Buena Salud que nacen desde el amor propio y llenos de luz). Por ahora mi reto es saber que siempre quiero vivir en relaciones donde no renuncio a mi feminismo, donde llego a las tusas siendo fiel a mi misma y amándome siempre mucho.

 

4 comentarios sobre “Para las Polas entusadas (de la tusa de verdad): Sobre cuando me elegí a mi misma por encima del amor romántico

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  1. Qué grande Pao!! Nunca había entrado a este blog y hoy casualmente una amiga me mandó este artículo. Me llena de alegría saber un poco más de tu vida y tus ideas, y a pesar de no hablar hace mucho tiempo siempre te he tenido cariño. Gracias por compartir tu experiencia, por tu fuerza y convicción. Leo esto justo empezando una tusa y me mueve el alma! Gracias! un abrazo

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