F de fútbol y feminismo

No es un secreto para nadie que una de las pocas cosas que logran unir a los colombianos es el deporte. Estamos en época mundialista, una época de unión, esperanza, sueños, pasión, alegría y comunidad. Durante el mundial, no importa si usted sabe o no sabe de fútbol, si sabe quiénes juegan en la selección aparte de James y Falcao, si sabe qué es un fuera de lugar o un tiro libre, si no entiende qué es la fase de grupos, qué son los octavos, los cuartos o la semifinal. Nada de esto importa porque la Selección mueve hasta la última fibra de este país. Ayer vivimos una de las jornadas más emocionantes, salimos de la Copa del Mundo con las botas puestas después de haber dejado todo en la cancha los últimos 30 minutos y que un golpe de suerte en los penales definiera quién clasificaba.

Pero ¿por qué hablar de fútbol en un blog de feminismo? Este ha sido un espacio que marginó la participación de la mujer durante muchos años y aunque en algo hemos avanzado, este deporte sigue demostrando instancias graves de machismo. Por ejemplo, tuvieron que pasar 109 años desde la creación de la FIFA para que una mujer hiciera parte de su Comité Ejecutivo, que está integrado por 25 miembros. Esta mujer histórica es Lydia Nsekera, presidenta de la Asociación de Fútbol de Burundi y también tuvieron que pasar muchos años para que el fútbol femenino fuera reconocido como profesional a nivel mundial y local.

El fútbol femenino sí existe y llegó para quedarse

Si cree que es puro cuento, le pregunto: ¿sabía que tenemos Selección de Fútbol Femenina? ¿Sabía que han sido campeonas del Campeonato Sudamericano Femenino en las categorías Sub 17 y Sub 20? ¿Sabía que han sido subcampeonas de la Copa América Femenina en dos oportunidades? ¿Sabía que la Selección de Fútbol Femenina ha clasificado dos veces a la Copa del Mundo Femenina? ¿Sabía que han tenido diferentes actuaciones sobresalientes en los Juegos Bolivarianos, en los Juegos Panamericanos y en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que les han significado medallas de oro y de plata? ¿Sabía que han participado varias veces en los Juegos Olímpicos? ¿Sabía que varias de las jugadoras que conforman la Selección, juegan en varias ligas a nivel mundial y son protagonistas en sus equipos?

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Imagen tomada de RadioNacional.co

Habrá muchos que no sabían todo esto, como estoy segura que a los que nos gusta el fútbol sí sabíamos perfectamente que la Selección de Fútbol Masculina ha ido 6 veces a la Copa del Mundo, que su mejor actuación fue en el Mundial de Brasil 2014 al llegar a cuartos de final, que estuvimos en el puesto número 3 en el Escalafón de la FIFA en el 2013 y que fue campeona de la Copa América en el año 2001 al ganarle a la Selección de México con un gol de nuestro entonces capitán, Iván Ramiro Córdoba. De igual forma, así seamos fieles seguidores del fútbol tampoco reconocemos con facilidad los nombres de jugadoras como Natalia Gaitán, Yorely Rincón, Oriánica Velásquez, Tatiana Ariza, Lady Andrade, Leicy Santos, entre otras, que a diario demuestran de qué están hechas las jugadoras colombianas y hasta dónde son capaces de llegar. Junto a ellas, un gran equipo de mujeres ha dejado el nombre de Colombia en alto y muchos de nosotros lo ignoramos.    

Poco interés en el fútbol femenino

Podríamos afirmar que la razón por la cual no conocemos ni celebramos de la misma manera el camino y los grandes triunfos de la Selección de Fútbol Femenina y de sus jugadoras es que los medios de comunicación no le han dado la difusión suficiente. Sin embargo, son varios los factores que tenemos que entrar a considerar aquí. Y sí, muchos están asociados al machismo.

El fútbol profesional femenino en Colombia fue fundado apenas en octubre del 2016, y cuando hablamos de profesional nos referimos a que sus jugadoras pueden tener una carrera allí. Antes simplemente existían clubes particulares donde las mujeres podían jugar y en los que se organizaban algunos campeonatos internos.  Aunque la profesionalización del fútbol femenino sea un gran avance, dos años después lo que vemos es un Fútbol Profesional Femenino con muy poca hinchada, que se traduce en baja asistencia a los partidos, muy pocos patrocinios, pocas transmisiones por televisión y, por supuesto, una remuneración muy baja para sus jugadoras. La pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué nos interesa tan poco el fútbol femenino pero nos morimos por el fútbol masculino?

¡Es que es un deporte aburrido!

Seguramente responderán que es el nivel y la calidad del fútbol. Pero en realidad no lo es. Basta con ver un campeonato femenino para notarlo. Y es curioso, porque jugadoras de máximo nivel hay por montones. En el fútbol femenino también podemos ver grandes partidos y grandes jugadas. Si no me creen, los invito a que busquen videos de la maravillosa Marta Vieira Da Silva o de la famosa y talentosísima Alex Morgan. Y a nivel local, los invito a que vayan un día al estadio, compren un plato de lechona y se deleiten viendo jugar a Leicy Santos de Santa Fe.

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Además, este es un fútbol opuesto al que juega Neymar. No se confundan, si de habilidades futbolísticas hablamos las de él y las de ellas son más que evidentes. Me refiero a que aquí no hay show, no son piscineras, no son teatreras, no se tiran al piso porque sí. Y me parece importante mencionar esto porque llevamos años asociando lo femenino con debilidad cuando estas mujeres nos demuestran en cada partido todo lo contrario. Así que recordar declaraciones de grandes del fútbol como Luis Suárez o Juan Carlos Osorio afirmando que el fútbol es un deporte de hombres es, por decir lo menos, desalentador.  

Brecha salarial

Entremos ahora a un tema que las mujeres vivimos en todas las áreas: la brecha salarial. El fútbol no se salva. Para el año 2014, la diferencia salarial entre el mejor futbolista del mundo y la mejor futbolista del mundo era abismal. Lionel Messi ganó 16,5 veces más de  lo que ganó Marta Vieira da Silva. Para ese momento, Marta, considerada por muchos la mejor jugadora de la historia, ya había ganado 5 Balones de Oro y había sobrepasado al gran Edson Arantes do Nascimento como la máxima goleadora de la Selección de Brasil.

Así mismo, un estudio realizado por The Equalizar reveló que el promedio del salario mensual de una jugadora de fútbol profesional es de tan solo 600 dólares. Ni punto de comparación con lo que se ganan los jugadores de fútbol profesional. ¿Por qué si juegan el mismo deporte ganan significativamente menos? Este mismo estudio reveló que el 90% de las jugadoras se retiran a temprana edad por razones financieras o porque quieren iniciar una familia. Les aseguro que ningún jugador profesional ha tenido que renunciar al fútbol por esto.

Marketing, ¡cuánto daño haces!

Sumémosle el tema del mercadeo. El año pasado se realizó la presentación oficial del nuevo uniforme de la Selección Colombia, Adidas como patrocinador oficial era el encargado de hacerlo.  La presentación de la camiseta masculina la hizo nada más y nada menos que nuestro queridísimo crack James Rodríguez, pero en el caso de la versión femenina decidieron que la debía presentar la ex reina y modelo Paulina Vega. ¿Esto tiene algún sentido teniendo en cuenta que tenemos Selección Femenina de Fútbol? Por supuesto que no, pero así funciona la lógica machista detrás del mercadeo: “Presentemos la camiseta para hombres con el mejor jugador de la Selección Colombia y presentemos la camiseta para mujeres con una mujer linda”. Amigos que trabajen en áreas de mercadeo, tengan siempre muy presente la responsabilidad que tienen ustedes a la hora de ayudarnos a cambiar el discurso machista, a eliminar la reproducción de estereotipos y roles de género y a permitirse hacer campañas más reales.

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Imagen tomada de Hashtagsradio

¿Machismo en el periodismo deportivo?

Ahora, ni crean que el machismo se presenta solo en las canchas, en las organizaciones deportivas o en la promoción del fútbol. Las periodistas deportivas han sufrido lo propio. Basta con revisar lo que se demoraron las mujeres en poder hablar de fútbol públicamente en el país. Antes solo era permitido que hombres hablaran al respecto, solo ellos podían ser comentaristas y tenían la autoridad para hacerlo. Eso ha ido cambiando y cada vez vemos más mujeres en este ámbito: Liliana Salazar, Andrea Guerrero, Clara Támara, entre otras. A pesar de esto, ellas mismas han tenido que ser víctimas de comentarios machistas por parte de sus televidentes y oyentes e incluso por parte de sus mismos colegas. Durante el Mundial de Rusia, el periodista Lisandro Rengifo publicó un tweet refiriéndose a dos periodistas deportivas como “niñas” y aludiendo falta de profesionalismo por haberle dicho a Pékerman que estábamos con él y por haberle preguntado a James después del partido de Polonia si le podía dar un abrazo.  Además, seguimos viendo como varios de los canales y programas de deportes utilizan a las mujeres como un objeto al ponerlas en la pantalla solo a que se vean lindas, a que lean los mensajes de Twitter y que estén para sonreírle al televidente.

Y esto no termina aquí: el machismo ha llegado a tal nivel que si una mujer se encuentra haciendo labor de reportería los hombres no tienen ningún problema en abusar de ellas. Sí, como lo leen, abusar. Hace algunos años la presentadora colombiana Melissa Martínez fue víctima del abuso de un hombre que pasó y le dio una palmada en la cola mientras ella estaba haciendo un directo. El problema no radica solo ahí, como ustedes saben, el 28 de diciembre es el acostumbrado especial de inocentes que hacen los noticieros del país. Allí volvieron a repetir esta escena como si fuera un “inocentada”. ¡Hágame el favor al nivel que hemos llegado para que un hecho como este nos genere risa en vez de indignación, rechazo y rabia!

Asimismo, hace poco la presentadora Julieth González también fue víctima de un hombre que pasó, la abrazó, le tocó un seno y le dio un beso sin su consentimiento durante un directo desde el Mundial de Rusia. Esta vez la noticia sí fue rechazada por el medio pero fue considerada como exagerada por varias personas en redes sociales. ¿Qué hemos hecho como sociedad para que los hombres sigan pensando que somos objetos que pueden ir tocando y manoseando para satisfacer sus necesidades y deseos? ¿Qué tiene que tener un hombre en la cabeza para asumir que puede hacerlo?

En la práctica aficionada…

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Imagen tomada de FutbolRebelde

Los que me conocen saben lo que me gusta el fútbol, me encanta verlo y lo juego de vez en cuando, con mujeres o con hombres. Y debo aceptar que son pocos los hombres que deciden jugar de tú a tú con una mujer porque nos ven muy delicadas. Agradezco que tengan cuidado en cometerme una falta pero ese mismo cuidado deberían tenerlo al cometerle una falta a otro hombre. Lo digo en serio, hacerme cuerpo a mí es como hacerle cuerpo a un hombre bajito y flaquito. De entrada si una mujer juega fútbol entiende a la perfección que este es un deporte de contacto.

El feminismo en el fútbol nos beneficia a todos

Hoy me he quejado de varias cosas para señalar que todavía nos queda una gran camino que recorrer. Hasta hace unos años el fútbol era un espacio considerado solo para hombres y poco a poco las mujeres nos hemos ido abriendo nuestro propio espacio. Los hombres también se han visto beneficiados por el feminismo. Al día de hoy, se ha logrado flexibilizar la imagen de masculinidad que hay en el fútbol. A los jugadores se les permite sentir, llorar, gritar, estar tristes, sufrir, etc. y poder demostrarlo. Eso no pasaba años atrás. Las veces que hemos hablado de nuevas masculinidades nos referimos a esto, a permitirles a los hombres superar esa única visión androcéntrica y construir una sociedad más equitativa para todos.

¿Qué podemos hacer?

Mi invitación empieza por cada uno de ustedes. Si a usted le gusta el fútbol, dele la oportunidad al fútbol femenino. Vaya al estadio y vea a las mujeres jugar, sintonice sus partidos, siga sus carreras, siga su trabajo de preparación, deles su apoyo. Hagamos que los medios de comunicación se vean obligados a informar sobre ellas. Busque formas en que sus equipos se comprometan con el tema de la equidad, que les paguen salarios justos, que haya presencia de mujeres tanto en la parte técnica como en la parte directiva, que tengan visibilidad. Lo invito a que respete, como lo haría con un hombre, que una mujer hable de fútbol, no importa si sabe menos o más que usted. Lo invito a que rechace los programas deportivos que tienen a la mujer como objeto. Yo sé que usted sabe de cuáles le hablo.  Hay mujeres a las que sí nos gusta el fútbol, disfrutamos viendo partidos de las diferentes ligas del mundo, disfrutamos yendo al estadio. Hay otras que lo juegan de maravilla y que, además, han estudiado y se han preparado para estar en este mundo, démosles el espacio que se merecen. ¡Los invito a que juguemos el partido de la equidad y le sigamos haciendo goles al machismo!

4 comentarios sobre “F de fútbol y feminismo

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  1. Hoy empecé a leerlas y ya hoy me enamoré de todo lo que escriben. Sobre tu columna, dos cosas:

    1. Con mucha alegría les cuento que hace poco escuché a un grupo de amigos decir que ahora compran el abono de Santafé no para ir a ver jugar a los tipos, sino por ver al equipo femenino. Que su técnica y estilo de juego los han dejado boquiabiertos

    2. Me encantaría saber tu respuesta con respecto al comentario que te ponen arriba, porque yo, desde el «Capullo» siento fatal la condescendencia y me irrita profundamente no sólo el tono, sino cada frase del contenido

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