#DomingoDeInvitadas: Del Urabá a la Nieve

Por: Daniela Casas, Laura Echeverry, Vanessa Ortiz, Natalia Ramos, Cintia Paola Ortega, Cristina Valdivieso, Sara Vargas
7 mujeres decidimos emprender una travesía y llevar a 34 estudiantes del Urabá a conocer el lugar dónde nace la vida: el Nevado de Santa Isabel.

Es difícil no creer en las coincidencias y más cuando en el mismo tiempo/espacio se conecta un equipo para crear en la misma sintonía. Como las 7 polas, también somos 7 mujeres: cuatro ingenieras con enfoques distintísimos (una ambiental, otra industrial, otra administrativa y otra de diseño de producto), una licenciada, una politóloga-psicóloga y una bióloga. Un equipo interdisciplinar, pero también multi talento e interregional. Fuimos invitadas a trabajar a Del Urabá a la Nieve, un proyecto que inició hace tres años con Natalia Acuña y Julián Cote, una pareja de profes que querían mostrarles a sus estudiantes el poder de soñar.

De izquierda a derecha: Daniela Casas (Licenciada en Lengua Castellana), Laura Echeverry (Bióloga), Vanessa Ortiz (Ingeniera de Diseño de Producto), Natalia Ramos (Psicóloga y Politóloga), Cintia Paola Ortega (Ingeniera ambiental), Cristina Valdivieso (ingeniera Industrial), Sara Vargas (Ingeniera Administrativa).

 

Este 2018, Cristina Valdivieso tuvo el honor de liderar el proyecto y convocó un equipo, sin buscar que fuera exclusivamente femenino. La coincidencia de que finalmente fuera así deja de ser tan mística al notar que en Colombia la mayoría de las maestras somos mujeres. Todas somos “profes” -así como nos dicen nuestros “pelaos” en cada uno de los colegios donde enseñamos.  Estamos en esta región porque hacemos parte de un programa llamado Enseña por Colombia, y vivimos y enseñamos en distintos municipios. Esta tercera edición del proyecto busca conocer dónde nace la vida; este diciembre iremos a ascender el Páramo y Nevado de Santa Isabel.

Vivir en el Urabá es la prueba irrefutable de que en este país convergen un sinnúmero de culturas. Chocoanos, chilapos, paisas, indígenas y cordobeses han venido a convivir y también a disputarse la “Tierra del Sol”. El conflicto armado que ha vivido esta región es quizás la razón por la cual la mayoría de los colombianos la conocen. Esta imagen le ha impedido al Urabá mostrar el increíble talento que hay en su gente. Un talento que además de estar esperando por oportunidades para brillar, está esperando que sus dueños crean que sí es posible potenciarlo. Aunque la violencia en esta región ha mermado y las disputas son otras, las consecuencias de lo que fue una guerra de casi medio siglo aún se respiran. Del Urabá a la Nieve nace con la intención de llevar a los estudiantes a respirar un aire distinto para permitirles la posibilidad de soñar con llegar alto y vivir su sueño. Y aún más, de potenciar  sus habilidades de trabajo en equipo, autoconocimiento y liderazgo, las cuales permiten materializar sus sueños.

Si en algo hemos coincidido todas al momento de llevar a cabo este proyecto es en que trabajar juntas nos ha llevado a conectarnos con lo poderoso de cuidarnos las unas a las otras y de auto-cuidarnos. Para nosotras ha significado la oportunidad de poder compartir con el equipo asuntos que van más allá de las funciones exclusivas del proyecto. Y esto no ha sucedido porque nos una amistad entrañable de hace años. No. Ha surgido porque nos hemos permitido conectarnos de una manera genuina, vulnerable y abierta. Hemos aprendido a admirarnos en vez de  juzgarnos, a crecer personalmente a la vez que ha ido creciendo el proyecto y a construir desde el amor y la comprensión. Todas estas formas de conexión que el conflicto arrebata muy rápidamente y cuya carencia vemos en nuestros salones de clase y en esta región.

Hoy ya no se trata únicamente de soñar con llegar alto y escalar a la punta de una montaña para conocer la nieve. Estas 7 mujeres hemos vivido la importancia del proceso y del cuidado. A lo mejor es por esto que inconscientemente titulamos la travesía de este año bajo el rótulo: “conocer el lugar dónde nace la vida”.  Y si bien en el Urabá la vida se ahuyentó por décadas, desde hace unos años la gente le está apostando a continuar creando y viviendo con mucho tesón. Ahora, somos siete mujeres y esperamos que este 1 de diciembre podamos a acompañar a estos 34 estudiantes a conectarse con el poder de su propia vida, y lo poderoso de cuidarla y crearla del tamaño de sus sueños. Y aún más, con la importancia de cuidar el páramo, –un ecosistema endémico de Colombia y la Región Andina– donde nace el agua, un elemento más esencial para nuestra vida.  

 

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