Ser mujer y trabajar en política es un fastidio. No importa si eres de las mejores, si quieres desarrollar la mejor política pública posible o si tus argumentos son contundentes para argumentar a favor o en contra de cualquier tema, en la mayoría de los casos serás humillada y menospreciada. Sí, es cansón porque las mujeres se prestan a que las traten como un culo, no las respeten y a ser constantemente ridiculizadas. Algunos argumentarían que esta es una reacción típica de alguien que se está haciendo la víctima, pero según el NIMD(2016), en Colombia al 24% de las mujeres en el Congreso se les restringe el uso de la palabra y al 21% de las mujeres les faltaron al respeto: las ridiculizaron o descalificaron públicamente por sus propuestas. Lo presenciamos cada día con agresiones frente a las mujeres congresistas de todos los espectros políticos en nuestro país. ¿Pero por qué sucede esto? El sistema político está alrededor de los hombres privilegiados con poder, en su mayoría. Lo tradicional es tener congresistas hombres: hoy en Colombia son el 80.9% del congreso. Pero estoy convencida que el cambio es imparable. Y no precisamente porque vayamos a lograr pasar una ley que lleve a la participación paritaria de las mujeres, sino porque en el mundo de las minorías y en especial las mujeres se han movido por décadas por reclamar y hacer valer sus derechos. Esta validación de derechos incluye tener a mujeres en política.
No les voy a hablar de la importancia de la paridad en la participación política, sino de alguien que me inspira a mí y seguramente a millones de mujeres a hablar y participar en política. Espero que cuando terminen de leer también las inspire a ustedes. No es colombiana, sobre mis ídolas colombianas ya se ha escrito en SietePolas más de una entrada de manera indirecta y directa. Este espacio hoy está reservado para una persona que me lleva un año en edad y ya es un modelo a seguir en la vida política.
Nació en una familia vulnerable, sin muchas oportunidades y con todos los factores en su contra para ser exitosa. Su mamá es inmigrante puertorriqueña y su papá es del sur del Bronx en Nueva York, Estados Unidos. Crecieron en un pequeño apartamento y ella trabajó para poder pagar sus estudios universitarios en Boston University. Antes de lanzarse a la candidatura al congreso estadounidense trabajaba como mesera para poder sostenerse a ella misma y a su familia luego de la muerte de su papá. Una realidad inimaginable para las personas que vivimos en privilegio, es decir aquellas, que como yo, no nos hemos tenido que preocupar un solo día de la vida por lo que se va a comer al otro día y que siempre tuvimos garantizada la educación básica, media y superior. Lo importante es que ella permite y muestra un ejemplo adicional del mundo donde se requiere de un trabajo adicional para poder hacer y ser alguien que vive dignamente.
Les estoy hablando de Alexandria Ocasio-Cortéz, 29 años, mujer, latina y, actualmente, la congresista más joven de Estados Unidos. Alexandria comenzó su liderazgo político desde antes de graduarse de la universidad. Fue voluntaria para la campaña de Obama en el 2008 y trabajó en la oficina del Senador Ted Kennedy durante la universidad. En el 2016 fue voluntaria activa de la campaña presidencial de Bernie Sanders, donde su participación fue fundamental para la campaña local realizada en el Bronx en Nueva York. Ella fue la encargada de encontrar la sede de campaña del Bronx y realizó campaña caminando y tocando puerta a puerta – invitando a las personas a votar por el Senador Sanders a la presidencia. Se encargó de reunirse con los y las activistas de toda la ciudad, desde sindicatos, ambientalistas, feministas y líderes de grupos LGBTI, hasta representantes y líderes del movimiento de Black Lives Matter. Sanders fue derrotado, pero ahí tan solo estaba empezando la experiencia de Alexandría y la construcción de un futuro prometedor para ella en política.
Entró a hacer parte de una organización llamada Brand New Congress (Congreso Completamente Nuevo) que tenía el objetivo de reclutar candidatos que siguieran los ideales políticos de Bernie Sanders para lanzarlos a las elecciones al congreso del 2018 en Estados Unidos. El objetivo era mostrar también que campañas sin apoyo corporativos, construidas por las personas y basadas en una agenda socialdemócrata podían ganar y participar en el Congreso. Alexandria era la persona indicada y seleccionada por la organización para lanzarse al congreso por el distrito 14 de Nueva York (NY-14). Ella tenía que derrotar a Joseph Crowley, congresista por más de 20 años consecutivos y uno de los líderes más importantes del partido Demócrata.

Brand New Congress y un grupo llamado Justice Democrats eran los encargados de capacitar a los candidatos. Alexandria fue capacitada en manejo de medios, temas de política pública y estrategia en medios digitales, entre otros. Trabajó incansablemente y estableció un agenda clara y real con la que ella y su comunidad querían verse representados en política. Los temas no negociables para ella son: acceso universal a salud (medicare for all), justicia migratoria, reforma al sistema judicial, vivienda como derecho civil, empleo federal garantizado y garantizar el derecho de las mujeres específicamente en igualdad salarial y oportunidades de trabajo. Con dicha agenda, Alexandria Ocasio-Cortéz fue elegida a la cámara de representantes del congreso estadounidense por el distrito 14 de Nueva York.
Lleva un poco más de una semana oficialmente como congresista y la violencia política que ha recibido como mujer y demócrata no se ha quedado corta. Desde FakeNews patrocinado por medios como Fox News hasta bullying por ser considerada una “niña pequeña”, es lo que Alexandria ha vivido en lo poco que llevamos del año y desafortunadamente por sus compañeros de partido y sus opositores. Salió un video en el que la acusaron de bailar seductoramente mientras que estaba en la universidad y su respuesta a estas acusaciones estuvo acompañada de un video de ella bailando al frente a su oficina del congreso donde dejó claro que “si los republicanos pensaron que una mujer bailando en la universidad es escandaloso, se esperaran a ver una mujer bailando en el congreso”.
No todo es chiste. La acusaron de hacer propuestas sin sentido y poco propositivas. Sin embargo, propuso un cambio en la política fiscal -importante para financiar el Green New Deal (plan para reducir las emisiones de carbono en EEUU)- para las personas que ganan más de 10 millones de dólares al año; y cobrarles entre el 60% y 70% según lo que ganen adicional a ese monto. La propuesta ha sido ampliamente criticada por el partido republicano, pero apoyada completamente por economistas como Paul Krugman, premio nobel de economía. Ella no llegó al congreso a jugar, llegó para proponer y crear cambios importantes en política pública y basada en argumentos reales. Que uno puede estar a favor en contra, pero nunca juzgar por mediocres.

Toda decisión y acción realizada por Alexandria Ocasio-Cortéz tiene una razón y no es improvisada. En la ceremonia de posesión para el congreso se vistió completamente de blanco, en honor a las sufragistas estadounidenses, a las mujeres que abrieron puertas para que ella pudiera estar ahí en el congreso y por las mujeres que vienen. Inspirada en la Juez Sonia Sotomayor, a quien le pidieron que no llevara esmalte rojo porque era muy controversial (nunca se lo quitó), se puso labial rojo y candongas grandes para “que la próxima vez que le pidieran a una chica del Bronx que se quitara las candongas, ellas pudieran decir que se estaba vistiendo como una congresista”.
Alexandria promete cuatro años interesantes de cambios del establecimiento, reconocimiento de la minoría y ejemplo para muchas mujeres. Este año en Colombia vienen las elecciones locales cargadas de mucha ideología política, pero tradicionalmente cargadas de poca acción. Esta es una invitación a que les creamos y le apostemos a las mujeres que prometen trabajar por lo que proponen, que no le tienen miedo al establecimiento y a aquellas que no le deben votos ni favores a nadie. ¿Quiénes? En diferentes ciudades han ido moviéndose muchos grupos de mujeres para transformar elecciones locales, por ejemplo, en Medellín, el movimiento de mujeres Estamos Listas le está apostando a una lista completamente de mujeres, quienes se están tomando la representación en sus manos.
El cambio es imparable y gran parte de él está en que nosotras como mujeres apostemos a hacer parte de ese cambio. El presente el feministas y la política también hace parte de ese presente.Cuando a Alexandria le preguntaban si pensaba que ella no era suficiente para el cargo respondió: “Para muchos, es radical sentirse cómodo en tu propia piel, y saber que eres más que suficiente, tal como eres.”.
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