Querida amiga,

Entiendo que mi feminismo te incomoda, que es algo que no te parece natural, que suena a un movimiento que va en contra de todos los hombres sobre la faz de la tierra y que lo único que ves desde que me declaré feminista son tristezas. Pero no es así.  El feminismo es algo bellísimo y quiero desmentir para ti estos mitos y otros parecidos. Además de explicarte por qué se ha vuelto algo tan importante para mi vida.

Primero lo primero. El feminismo no es un movimiento que va en contra de los hombres, no los quiere eliminar ni quiere reemplazarlos en la sociedad, ni hacer que las mujeres tomen el poder absoluto. El feminismo es un movimiento que busca la igualdad en derechos y oportunidades entre todos los seres humanos, sin excepción. Lo llamamos feminismo, porque las mujeres han estado sistemáticamente discriminadas y tienen menos derechos y oportunidades que los hombres hoy en el mundo. Es importante entender que el feminismo no es el opuesto al machismo. El machismo por su parte es un comportamiento que nace de la creencia que los hombres son superiores a las mujeres. Este lleva a diferentes conductas que generan violencia contra la mujer y hacia los mismos hombres. En realidad el machismo nos afecta a todos.

El feminismo, como una herramienta que trabaja por la igualdad, me ha entregado algo cotidiano y muy importante en mi vida que se llama sororidad. Para entenderla primero voy a enumerar lo que no es la sororidad:

  1. Que las mujeres estamos siempre de acuerdo entre nosotras mismas.
  2. Las mujeres votamos solo por mujeres, por el hecho de ser mujeres.
  3. Que aceptamos todo lo que las mujeres hagan así esté mal.
  4. Que no podamos argumentar y rechazar las ideas de otra.

Si oyes alguno de los tres postulados anteriores, por favor para y diles que son falsos de toda falsedad. La sororidad es la hermandad entre mujeres que han sido víctimas en alguna manera del machismo. Tenemos que dejar de pensar que las mujeres representan tan solo una competencia y amenaza, y pasar a ver nuestras relaciones entre mujeres en empatía, apoyo y solidaridad para poder vivir nuestra vida libremente. Gracias a la sororidad he encontrado apoyo y he sido apoyo de diferentes mujeres en su lucha por los derechos de la mujer. Y lo lindo es que esto no es nuevo, lo llevaba haciendo por años, por ejemplo con mis amigas del colegio. Ellas, mis hermanas de vida, fueron las primeras en enseñarme sobre la sororidad sin yo saberlo. Con ellas aprendí que yo no tengo porqué quedarme callada cuando no estoy de acuerdo con algo, que mis sueños valen y que me tengo creer lo mucho que valgo. Ellas no lo saben pero en parte, gracias ellas y por ellas, también soy feminista.

Lo no tan bonito del feminismo, y lo que en parte podría llegar a generar tristeza en mi,  son algunas acciones de rechazo que recibimos las feministas. Son incontables las veces que me han llamado feminazi, incluyéndote, por alzar mi voz cuando algo me parece completamente injusto y desigual frente a mis derechos por ser mujer. Cada vez que alguien me dice feminazi, me entra un desespero y una impotencia de que no estamos comunicando bien el mensaje de la igualdad. ¿Por qué no estamos acostumbradas a que las mujeres digan lo que piensan? Por ejemplo, cuando tú estás viendo un partido de fútbol y no le valen un gol a tu equipo cuando fue completamente válido, te riegas en Twitter, Facebook y frente al televisor sobre la injusticia que se ha generado contra tu equipo. No por esto yo arranco a decirte fútbolnazi, ni que te calles. Lo mismo pasa con el feminismo. No por defender o quedarme callada frente a mis derechos soy una feminazi. Partamos del hecho que el feminismo no ha matado a nadie, mientras que el machismo ha matado a miles.

Aprovechando que nos encontramos en la semana del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, algunas de las violencia en Colombia que son causadas por el machismo son:

  • Violencia en pareja: En el 2017 en Medicina Legal se reportaron 50.072 casos de violencia en pareja de los cuales 86% fueron por parte de mujeres y 14% de hombres.
  • Violencia intrafamiliar: Según la Fiscalía General de la Nación, la violencia intrafamiliar es el tercer delito más denunciado en Colombia. El 77% de los casos son reportados por mujeres y 23% por hombres.
  • Violencia sexual: En el 2017 se realizaron 23.798 exámenes médico legales por presunto delito sexual. De estos, el 86% corresponden a mujeres, el 14% a hombres.
  • Violencia política: La representación de las mujeres en política en el Congreso de la República para el periodo de 2018-2019 es del 19.7%.
  • Restricción de salud sexual y reproductiva: El embarazo en la adolescencia es del 17.4% en el país.
  • Violencia económica: La tasa de desempleo de las mujeres – trimestre junio-agostos 2018- fue del 12%, la de los hombres del 7,3%.

Este día se conmemora, no solo porque la violencia contra la mujer en el mundo se ha convertido en una pandemia. El día hace honor y memoria a la vida de las Hermanas Mirabal, tres activistas políticas en República Dominicana que fueron asesinadas al hacer oposición política a la Dictadura de Rafael Trujillo, caracterizada por sus acciones de tortura y violencia contra la mujer. El asesinato de las hermanas fue tan brutal que llevó a una gran movilización en República Dominicana que posteriormente terminaría en el fin de la dictadura. Las Hermanas Mirabal murieron por alzar su voz por sus derechos. Si tantas han muerto para darnos una voz a mujeres como tú y yo, para mí el silencio no es una opción.

Y por esto muchas veces el feminismo lleva a incomodarnos, porque es enfrentar realidad que hemos tomado como naturales durante nuestra vida. El feminismo me ha traído la capacidad de incomodarme dentro de la comodidad. De entender que no tengo uno sino varios machismos en mi vida y que desaprenderlos es un ejercicio constante en cada acción y momento que vivimos. Gracias al feminismo hoy soy capaz de ver desigualdades que antes para mi no eran evidentes, como por ejemplo que está mal que me pregunten en una entrevista de trabajo si suelo ponerme tacones, o que no está bien cuando un hombre me interrumpe para decir lo mismo que yo estaba diciendo. Pero gracias a esto también soy infinitamente más libre y en últimas eso es lo más lindo que me ha dado el feminismo, muchísima libertad.

Amiga, te invito a que caminemos este camino juntas y aprendamos a estar libres. Porque siempre habrá más libertad en alzar nuestras que en quedarnos calladas.

Con amor siempre,

Paola

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