Imagen: La Silla Vacía
Los que me conocen saben que siempre me ha interesado la política. Es así porque veo en la política esa responsabilidad que como ciudadanos deberíamos tener sobre los asuntos públicos que nos afectan como sociedad. Desde chiquita, cuando mis tíos o los amigos de mis papás me veían leyendo el periódico todos los días después del colegio, les preguntaban que si me ponían muchas tareas sobre temas de actualidad y ellos tenían que responder que no, que simplemente me gustaba leer. Luego me pareció curioso que la gente que me rodeaba me cuestionara frente al hecho de ser ingeniera y que pudiese conocer, opinar, cuestionar o debatir sobre este tema. Muchas veces me insinuaron que por qué no había estudiado alguna carrera de ciencias sociales si me gustaba tanto la política.
Pues vengo a contarles que para mí, la política debería ser un asunto de todos. Les debo confesar que sueño, casi todos los días, con que los políticos colombianos no sean solo abogados, economistas o politólogos. No porque tenga algo en contra de ellos sino porque me sueño un gobierno que pueda tener no solo diferentes corrientes políticas, sino diferentes interpretaciones del deber ser con base a las experiencias que cada uno ha tenido en su sector y en su vida. Me sueño teniendo científicos, académicos, artistas, agricultores, ingenieros, matemáticos, filósofos, médicos, etc., aportando ideas y proyectos frente a cómo deberíamos estar atacando las diferentes problemáticas y cómo debería estar avanzando y desarrollándose el país. Justamente porque creo que todas las voces cuentan, que llevamos décadas sin estar bien representados porque la corrupción se ha apoderado de la dinámica entre políticos en el país y hemos olvidado que el que llega allí está para servir.

Y en esa diversidad, que tanto me gusta y a la que le apuesto ciegamente, creo en la necesidad de tener más Juanitas en la política. Algunos se preguntarán: ¿quién es Juanita? Si usted no vio noticias ayer y no se dio por enterado del desastre de los tarjetones en las consultas de derecha y de izquierda para las presidenciales – que le podría haber costado el puesto al Registrador Nacional pero que medio arregló con la rapidez en que escrutaron los votos-, mucho menos tiene porqué conocer a Juanita Goebertus, una cara nueva en la política que obtuvo 83.270 votos para ser representante a la Cámara por Bogotá.
Los que me siguen en mis redes saben que me encanta hacer listas para enunciar mis argumentos frente a algo, particularmente cuando hablo de fútbol, y fiel a mi estilo hoy lo haré así para contarles el porqué de mi afirmación:
- Porque es una cara nueva. La política colombiana necesita renovarse. No debemos permitir que continuemos con más de lo mismo. En varios casos hemos visto cómo varios de esos políticos tradicionales han hecho parte activa de la corrupción que tanto criticamos en el país. Lastimosamente siguen comprando votos y logrando un caudal electoral impresionante.
- Porque la gente merece oportunidades. Angélica Lozano y Claudia López la buscaron porque confiaron en que Juanita tenía todo para ser una figura relevante en la política del país. Así le abrieron las puertas de la Alianza Verde para que fuera la fórmula de Angélica.
- Porque el recorrido importa. Juanita se ha hecho de la mano de Sergio Jaramillo. Cuando aún estudiaba en la Universidad de los Andes entró a trabajar con él en la Fundación Ideas para la Paz como investigadora en temas de justicia transicional y mecanismos de verdad, justicia y reparación. Trabajó como asesora de políticas públicas en temas como el derecho internacional humanitario y fue pieza clave para definir dentro del acuerdo de paz con las FARC el punto de las víctimas.
- Porque estoy convencida que hay que decirle sí a la paz. Juanita fue parte activa de la mesa de negociación de la Habana. Fue coordinadora de justicia transicional en la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y ha dedicado su vida el estudio de estos temas. Por consiguiente y teniendo en cuenta el contexto en el que nos encontramos frente a la implementación del acuerdo de paz con las FARC y la negociación con el ELN, necesitamos personas que conozcan el tema y trasciendan la politiquería tradicional.
- Porque hay que valorar la pasión por construir país. Su interés genuino desde muy joven en temas de justicia transicional y entendimiento del contexto del país, permiten ver la pasión que tiene Juanita por hacer de Colombia un mejor lugar.
- Porque las mujeres tenemos voz pero muy pocas congresistas para representarla. Sí, ella es una voz clara y fuerte en representación de las mujeres dentro de la Cámara de Representantes. Las mujeres tenemos mucho que decir y contamos con toda la capacidad intelectual para hacerlo, así muchos no quieran escucharnos.
- Porque necesitamos personas que piensen en la diversidad. Entender la diversidad como algo inherente a los seres humanos debería ser algo obvio pero no lo es. Juanita ha demostrado estar a favor de grupos marginados, como es el caso de las personas trans. Como candidata se refirió a una de las preocupaciones más grande que tiene este grupo y es que su expectativa de vida es significativamente baja. Ella fue de las pocas candidatas que habló sobre el tema y que planteó alguna propuesta al respecto.
- Porque debemos rescatar el poder del diálogo y la concertación. Para Juanita es clave que se puedan buscar acuerdos entre los que están en desacuerdo, en sus palabras, tender puentes. Para ella, el mundo está lleno de matices, de diferentes tonos de grises que deben ser entendidos para que quepamos todos en una solución que sea un consenso.
- Porque debemos recobrar y mantener el optimismo. Juanita sabe que en la vida es normal enfrentarse a escenarios difíciles o diferentes tipos de crisis y por eso hace recordatorios permanentes de lo importante que es mantener el optimismo y enfrentar estas situaciones con la mejor actitud posible.
- Porque es maravilloso ver mujeres en política. Como dato curioso, quiero recordarles que las mujeres en Colombia tuvimos derecho al voto en el año 1954, es decir, hace 64 años y que después de las elecciones del domingo solo somos el 20% del congreso, y eso que las mujeres representamos el 52% de la población en Colombia.
- Porque el buen ejemplo es clave. Teniendo en cuenta lo corrupta que ha sido la clase política en el país, (podemos recordar algunos casos para que tengan referentes: Kiko Gómez, Mario Uribe, Ernesto Samper, Oneida Pinto, Musa Besaile, entre otros). Necesitamos nuevxs políticxs que nos muestren la cara decente, innovadora y comprometida con la comunidad que no vemos hacia varios años en Colombia. Necesitamos personas que podamos ver con admiración y que nos transmitan con sus actuaciones lo que es realmente importante para fortalecernos como sociedad. Si queremos cambiar la dinámica de la política en el país, no solo debemos salir a votar conscientemente sino debemos ser conscientes que esta es una tarea de todos como sociedad.
Teniendo en cuenta lo anterior, necesitamos más Juanitas en la política porque la representación en el Congreso ha estado alejada de los puntos anteriormente mencionados y que, desde mi punto de vista, deberían ser piezas claves a la hora de decidir quiénes nos están gobernando. Necesitamos más Juanitas porque la política también puede tener una cara positiva, porque deberíamos poder sentir admiración por nuestrxs congresistxs, porque nos deberían inspirar a ser mejores personas. Necesitamos más Juanitas en la política porque el país necesita personas preparadas y estructuradas, que estén plenamente conscientes de la importancia de las diferencias, el diálogo y el consenso, que valoren la diversidad y quieran proteger a todos los ciudadanos, que reconozcan la importancia de la paz, no solo como discurso sino en la práctica, que representen grupos que han sido históricamente excluidos dentro de la sociedad, que puedan darle voz a las minorías, entre muchas otras razones. Necesitamos más Juanitas porque con ellas podemos tener una política decente, diversa e incluyente, tal y como me la sueño.

Así que quiero invitarlos a que, como Juanita lo hizo, nos sintamos capaces de lograr las cosas, que creamos en nosotros y en los otros, que confiemos en la capacidad de transformación, que estemos dispuestos y entendamos que muchas veces debemos cambiar de opinión para lograr llegar a la mejor solución posible, que potencialicemos el poder del diálogo y de concertación, que celebremos y apoyemos la diversidad, que comprendamos que no todo vale, que aprovechemos las oportunidades y trabajemos por generar más oportunidades para los demás, que comprendamos que nuestra voz y nuestra visión como mujeres vale y es absolutamente necesaria en esta sociedad.
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