Una de las series más elogiadas y premiadas de este año, basada en la novela de una mujer –Liane Moriarty–, cuya historia gira alrededor de 6 mujeres interpretadas por actrices de la talla –y activismo– de Reese Witherspoon, Nicole Kidman, Laura Dern y Zoe Kravitz, «Big Little Lies» es una serie que estaba en deuda de recomendar. Y qué mejor semana para hacerlo que en la que estamos hablando de cómo le estamos fallando a las víctimas de violencia de género, a pesar de llevar 10 años con la Ley 1257 de 2008.
«Big Little Lies» es aparentemente una comedia, pero lo último que me causó fue ganas desaforadas de reir. Me cautivó, me llenó de suspenso, de dudas, de rabia, de cuestionamientos. Me enamoró de sus personajes y de quienes las interpretaron. Inicia contándonos sobre una muerte en Monterey, California, pero no revelan ni quién mató ni a quién mataron. Luego, vemos que la muerte se da dentro de un círculo social de mujeres con vidas perfectas, adineradas y bellas, y entonces el asesinato se vuelve una incógnita mayor.
El asesinato, sin embargo, aunque parece ser la resolución de la trama principal de la historia, se vuelve secundario ante los varios giros que da la serie a medida que avanzan sus capítulos. Nos muestra una mujer joven y valiente que fue violada y que sobrevive con el trauma de su violación; una mujer bella con un marido y unos hijos preciosos que vive a diario con la amenaza de ser asesinada a golpes; una mujer decidida y poderosa que vive para proteger a sus amigas y para esconder los vacíos de su matrimonio; una mujer empresaria, líder y fuerte que todos detestan por defender a su hija de un acosador; y una mujer joven, sensual y hippie que lidia con la envidia de la ex esposa de su pareja y la responsabilidad de ser un ejemplo para las hijas de su pareja. La tensión entre ellas sólo incrementa durante la serie, y entonces el asesinato comienza a cobrar más sentido.
Antes de terminar por dañarles la serie con más detalles, prefiero cerrar este recomendado diciendo que «Big Little Lies» es la muestra perfecta de lo que Pío dice en su columna de esta semana: no existe la víctima perfecta. Las mujeres llevamos el trauma de la violencia de formas tan distintas como son nuestras personalidades, y la sociedad nos juzga y nos revictimiza por eso. Por lo menos, el que la experiencia femenina esté atravesada por la violencia, en distintos niveles y formas, solo las mujeres nos entendemos, nos consolamos, nos ayudamos mutuamente, y por eso la sororidad es de las armas más fuertes que tenemos. De esto también es prueba «Big Little Lies» (solo si ya se la vieron me entenderán…).
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