Si en Colombia la violencia y el acoso callejero afectan a la mayoría de las mujeres, ¿por qué no hay cifras, estadísticas, investigaciones, ni intervenciones al respecto? ¿Qué se propone en términos de política pública? ¿Qué sabemos sobre cómo moldea el patriarcado el espacio público y el acceso a él? Como nadie más parecía interesado en darnos las respuestas, en 2014 seis mujeres, estudiantes, feministas y rebeldes se unieron para formar el Observatorio Contra el Acoso Callejero Colombia (OCACC).
Hoy, cuatro años después de su creación, el OCACC cambia de nombre y de imagen. Desde SietePolas queremos celebrar, resaltar y recomendar al nuevo colectivo No me Calle! (También es mi calle) y agradecer a este grupo de mujeres que abrieron la puerta a las reflexiones sobre el espacio público y el acoso callejero en nuestro país.
Como lo explica una de sus creadoras en el 2014 «(…) Al ver que en nuestro país no existen datos o investigaciones al respecto [del acoso callejero], decidimos unir esfuerzos de forma espontánea para iniciar este movimiento de mujeres jóvenes, quienes con pedagogía sencilla y sin tapujos, hablamos en espacios públicos como parques y plazoletas sobre el acoso callejero al que estamos sometidas diariamente».
Hoy, No me calle! se reivindica como un colectivo feminista que se interesa en temas de geografía y urbanismo feminista y que ve la intervención en espacios públicos como una forma de activismo. Sus acciones pretenden reivindicar el derecho de que todxs, incluyendo a las mujeres, los gays, las lesbianas, los trans, las personas con discapacidad, (o como ellas lo dicen «las locas, histéricas, putas, exageradas, feas, marikas, machorras, raras» ) al espacio público.
Nuestro favorito de la semana es para ellas y su colectivo, por irreverentes, insolentes, insumisas y rebeldes. Gracias por su lucha. No dejen de seguirlas en sus redes sociales, y estar pendientes de los múltiples eventos que organizan anualmente.
Desde chiquita aprendí a vestirme bien tapada por miedo a que me dijeran algo en la calle: Por el derecho a usar la ropa que se quiere sin el temor de reacciones intimidantes.
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